domingo, 11 de octubre de 2015


Cómo alimentar a su recién nacido es la primera decisión nutricional que usted tomará por su hijo(a). Preste atención a los siguientes datos sobre la alimentación con leche materna o con biberón para que pueda tomar una decisión informada.

¿Pecho o biberón?

La Academia Americana de Pediatría (The American Academy of Pediatrics, AAP) y otros grupos profesionales a cargo del cuidado de los recién nacidos son partidarios de la leche materna como la mejor opción para su bebé. Específicamente, la AAP recomienda que los bebés se alimenten exclusivamente de leche materna durante los primeros seis meses. Después de la introducción de de alimentos sólidos la alimentación con leche materna debe continuar durante el primer año de vida y más adelante, si así se desea.
La alimentación con leche materna puede que no sea posible o preferible para todas las mujeres. Decidir entre dar el pecho o alimentar con biberón generalmente se basa en comodidad y ritmo de vida; pero alimentar a pecho puede que no sea recomendable para algunas madres o bebés. Si tiene preguntas sobre si debería dar el pecho a su hijo(a) hable con su pediatra.
Recuerde que las necesidades emocionales y nutricionales de su bebé serán satisfechas independientemente de si elige alimentarlo con leche materna o biberón.


Las ventajas de la lactancia

Alimentar a pecho a su bebé tiene muchas ventajas. Quizás lo más importante es saber que la leche materna es el alimento perfecto para el sistema digestivo de un ser humano cuando es un bebé. Contiene las vitaminas y los minerales que un recién nacido necesita y todos sus componentes— lactosa, proteínas (suero y caseína) y grasa— son fácilmente digeridos por el sistema aún nodesarrollado de un recién nacido. Las fórmulas comerciales intentan imitar a la leche materna y se acercan a ello, pero la composición exacta no puede ser duplicada.
Además, la leche materna contiene los anticuerpos que protegen a los bebés de una gran variedad de enfermedades infecciosas, incluyendo la diarrea. Estudios de investigación indican que los bebés que han sido alimentados con leche materna son menos propensos a desarrollar ciertos problemas médicos.
Alimentar a los bebés a pecho beneficia también a las madres. Quema calorías y ayuda a reducir el tamaño del útero, lo cualas ayuda a volver a estár en forma más rápidamente. Alimentar con el pecho también protege a las madres del cáncer de seno y de ovarios.
Algunas madres consideran que alimentar a pecho es mas fácil y mas rápido que utilizar fórmula y biberón; no necesita preparación y no se quedan sin leche a media noche. Además, es más económico. Las madres que alimentan a sus bebés con leche maternal necesiten comer más y puede que necesitan sujetadores y compresas especiales para la lactancia, una bomba de extracción y otro tipo de equipamiento. Estos gastos extras generalmente son menos costosos que el precio de la fórmula.
Alimentar a los bebés a pecho también satisface las necesidades emocionales tanto de las madres como de los bebés - el contacto entre la piel de ambos puede aumentar la conexión emocional y proporcionar un alimento completo puede ayudar a las madres a ganar confianza en su capacidad de cuidar a sus bebés.

Las ventajas de alimentar con fórmula

La fórmula para infantes comercialmente preparada es una alternativa nutritiva a la leche materna. Alimentar con el biberón puede brindar más libertad y flexibilidad a la madre, y ayuda a saber cuánta cantidad el bebé esta recibiendo. Debido a que los bebés digieren la fórmula más despacio que la leche materna, un bebé que esté siendo alimentado con fórmula puede que necesite ser alimentado menos veces que uno que recibe leche materna. Alimentar con fórmula también puede facilitar alimentar al bebé en público y permite que el padre y otros miembros de la familia ayuden a alimentar al bebé, lo cual puede fortalecer los lazos afectivos.


Por qué la leche materna es lo mejor

La leche materna es el mejor alimento que existe para los bebés. Hay estudios que demuestran que si alimentas a tu bebé exclusivamente con tu leche hasta que tenga por lo menos tres meses de edad, podrías prevenir que contraiga ciertas enfermedades respiratorias. Y si lo haces hasta que tenga por lo menos cuatro meses, es posible que también reduzcas el riesgo de que tenga infecciones en los oídos. 


Aparte de los beneficios que la leche materna ofrece en la formación del cerebro de tu bebé y en la lucha contra las infecciones, la lactancia te ayuda a crear un vínculo muy fuerte y especial con tu pequeño. Al amamantar, tu bebé también se "nutre" de tu cariño, el contacto directo con tu piel, y la seguridad que siente en tus brazos. Tu leche es un alimento completo que contiene todas las sustancias nutritivas que el bebé necesita (más de 400), incluyendo hormonas y componentes para combatir enfermedades que no se encuentran en las leches artificiales, o fórmulas infantiles. Más increíble todavía es el hecho de que su composición nutritiva cambia y se ajusta a las necesidades del niño a medida que éste crece y se desarrolla. 


Cómo empezar a amamantar

La primera vez que tengas en brazos a tu bebé, aun en la sala de partos, ponlo en tu pecho. Al principio tu cuerpo producirá una leche especial llamada calostro, que ayudará a proteger a tu bebé contra las infecciones. El estómago de tu recién nacido es muy pequeñito así que no necesita mucha leche para llenarse. A medida que su pancita crezca, tu producción de leche aumentará para satisfacer sus necesidades. 

Coloca a tu bebé de manera que todo su cuerpo esté volteado hacia tu cuerpo (lo que se conoce como "tripa contra tripa"). Trata de tocar su labio superior o la mejilla con el pezón, para estimular el reflejo que le hace buscar el pezón con la boca. Y cuando abra bien la boca, aprovecha para acercarlo al pecho. Recuerda que su boca no sólo debe cubrir el pezón, sino toda la areola (la parte oscura del pecho que rodea al pezón). 

Procura permanecer tranquila, sobre todo si a tu recién nacido le cuesta encontrar el pezón o mantenerlo en la boca. Dar de mamar es un arte que exige un poco de paciencia y mucha práctica, y nadie espera que sepas hacerlo desde el comienzo, o sea que no dudes en pedir a una enfermera que te ayude mientras todavía estés en el hospital. 

Si tu bebé nació prematuro, tal vez no puedas darle de mamar inmediatamente, pero sí puedes empezar a extraerte leche. Tu bebé la recibirá a través de un tubo de alimentación o un biberón hasta que esté lo suficientemente fuerte como para mamar de tu pecho. 

Desde el principio recuerda que amamantar no debe ser doloroso. Así que si sientes dolor, interrumpe la succión del bebé deslizando un dedo tuyo entre sus encías y el pezón, y vuelve a colocarlo asegurándote de que tenga la boca bien abierta. Una vez que esté bien colocado en el pecho, él solito se encargará de lo demás. 

Averigua los 7 mitos de la lactancia más comunes entre las mamás latinas. 

Con qué frecuencia debes amamantar

Tendrás que hacerlo muy a menudo, ya que cuanto más lo amamantes, más rápido empezarás a producir leche madura y más cantidad tendrás. Amamantar, de 8 a 12 veces al día es más o menos lo normal. 

De acuerdo con las últimas recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría debes amamantar a tu recién nacido siempre que dé señales de tener hambre, ya sea mostrándose más alerta y activo, chupándose las manos, o buscando tu pecho con la boquita. El llanto es su último recurso para decirte que tiene hambre, o sea que lo ideal es empezar a alimentarlo antes de que empiece a llorar. 

Durante los primeros días es probable que tengas que despertarlo para darle de mamar, y también es posible que se vuelva a dormir antes de terminar de comer. Para asegurarte de que esté comiendo lo suficiente, despiértalo para darle el pecho si han pasado cuatro horas desde la última vez que lo amamantaste. 

Cómo ponerte cómoda

Puesto que cada toma puede tardar hasta 40 minutos, especialmente durante los primeros meses, elige un lugar cómodo para darle el pecho. Sujeta al bebé en una posición que no te deje los brazos y espalda adoloridos. Una buena opción es sostener su cabecita con la mano, pero lo importante es que elijas la postura que te sea más cómoda. 

Si estás sentada, puedes usar una almohada especial para amamantar que parece un semicírculo, ya que ofrece un excelente apoyo para el bebé. Muchas mamás también usan un pequeño banco para descansar las piernas y los pies. Recuerda que es importante que tú y tu bebé estén cómodos antes de que empieces a amamantar, ya que permanecerán en la misma posición por mucho tiempo. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario